Eugene Opperman, el mismo vocero policial de Johannesburgo que dijo "hay un muerto y 25 heridos", unas horas más tarde hizo llamativamente -o no tanto- otra cuenta: "un policía grave y otros 15 heridos".
El mismo caos con el que se topó la prensa para acceder a la información oficial, fue el que reinó en la única puerta de acceso al Makhulong Stadium, una modesta cancha de la localidad de Tembisa, a 16 kilómetros del centro de Johanneburgo, rodeada de casas humildes y con una gran colectividad nigeriana, que no recibía un partido de fútbol profesional desde hacía 14 años.
Dos estampidas en medio de la locura por ingresar al estadio, con una Policía desbordada que cerraba y abría la puerta como si del otro lado hubiera basura, provocaron una marea humana que aplastó a hombres, mujeres y niños por igual, y entregó las primeras imágenes que nadie quiere ver en Sudáfrica.
Las otras imágenes que no queremos ver son las de los barras argentinos que provocan vergüenza ajena. Diez de ellos, entre quienes se destacan Pillín Bracamonte (jefe de la fracción de Central e imputado por un asesinato) y Bebote Alvarez (mandamás del grupo de Independiente), fueron deportados por la policía sudafricana por sus antecedentes. Un poco de sentido común entre tanto caos.
lunes, 7 de junio de 2010
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