Hizo lo que tenía que hacer. Se plantó en el Maracaná, le robó la pelota al Fluminense y salió a atacar desde el minuto cero. Con inteligencia y sin dejarse llevar por el reloj, abrió la cancha con Palacio y Dátolo, sumó gente en campo contrario, hirió con centros para la cabeza de Palermo. Incluso se las ingenió para generar juego pese al discreto nivel de Riquelme. Con el control de la redonda, puso en mute a 80.000 torcedores, que sólo reaccionaban ante la arenga de sus jogadores. El campeon defensor jugó como otras tantas veces en otras tantas canchas de América. En pocas palabras, Boca jugó a lo Boca. Con el hambre de un plantel que jamás se durmió en los laureles, y fue en busca de un Maracanazo que su rendimiento así lo imponía. Sin embargo, esta vez se volvió con las manos vacías de Brasil. Esa misma tierra de la que se había traído cuatro clasificaciones (Vasco y Palmeiras 2001, Paysandú 2003 y Cruzeiro 2007) y tres Copas (Palmeiras 2000, Santos 2003 y Gremio 2007) de Bianchi para acá.
¿Por qué Boca no estará en la final de la Libertadores 2008, entonces? Motivos sobran. 1) Porque no existe el equipo imbatible, a menos de que haya fútbol en otro planeta. 2) Porque a veces la suerte se pone otra camiseta, como en el gol en contra de Ibarra. 3) Porque Boca no supo meter un rebaje con el 1-0 consumado. Así como tampoco supo bajar un cambio con el 1-0 y el 2-1 en Avellaneda. O con el 2-1 en Liniers. O con el 2-0 ante Cruzeiro en la Bombonera. Siempre fue por más. Y lo pagó caro. 4) Porque los de Ischia nunca lograron la solidez defensiva que necesita un equipo para ser el mejor del continente. Por ejemplo, la que tuvo el Boca de Russo para dar la vuelta en Porto Alegre hace exactamente un año. 5) Porque su porcentaje de efectividad en el arco rival fue bajo. Convirtió poco para lo mucho que generó. 6) Por el error de Migliore en el partido de ida, decisivo para la serie. 7) Por el boludo que tiró el famoso hielo (por las dudas recuerdo que la Real Academia Española define el término como “que tiene pocas luces o que obra como tal”) que sacó al Xeneize de la Bombonera para cuartos y semi. ¿Cuánta responsabilidad tiene en la eliminación de Boca ese personaje? No es poca, seguro.
No es momento para replanteos de reglamentos, ni es la primera vez que pasa. Pero gracias al valor doble del gol de visitante, el Fluminense se dio el lujo de especular y jugar de contraataque hasta el minuto 147 de la serie. Y nunca estuvo en ventaja en ese lapso. ¿Es lo más justo para un ida y vuelta?
Se fue Boca de la Copa. Pero no murió de rodillas ni ofreciendo un circo romano como en su eliminación 2005 ante el Chivas, escupitajo del Chino Benítez mediante. Esta vez se despidió de pie. De pie, señores.
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