Estudiantes la pasaba mal con el descendido Chacarita. Pero no necesitaba la manito (arbitral) para dar vuelta el resultado. El asistente Alejo Castany le allanó el camino al Pincha, juzgando intencional una mano absolutamente casual de Lisandro López, que fue penal, roja y empate de Boselli. Al toque Cellay puso la cabeza para el 2-1, y chau partido. Los hinchas funebreros hicieron lo imposible para que el juego de suspendiera, al límite de robar una manguera y tirar agua a la cancha. Claro, para ellos el asistente fue bombero.
BICHO LINDO. Pase lo que pase, Argentinos ya es campeón. Igual que Godoy Cruz. Pero andá a decirles eso a los hinchas del Bicho, que se fueron del Nuevo Gasómetro ilusionados con llegar a la última fecha con chances de dar la vuelta olímpica. Sus jugadores dieron motivos de sobra para alimentar esa esperanza, dando vuelta un partido chivo ante San Lorenzo, y haciendo tres goles al precio de dos, por el erróneo offside que le cobraron al interminable Calderón. La mala: El Chuco Sosa, autor del doblete que mantiene a La Paternal a un punto de Estudiantes (exquisita definición en el 2º gol) no podrá estar la próxima fecha ante Independiente, dueño de su pase (lo cedió a préstamo sin cargo ni opción de compra). Pero atención: no hay cláusula que lo impida, sí un acuerdo de palabra entre los clubes. ¿Se la llevará el viento?
LE CERRÓ LA BOCA. Tito Pompei sumó tres grandes porotos en Avellaneda y muchos más en la carrera por seguir como DT de Boca más allá de junio. Ante Independiente, logró cierto orden defensivo en un Boca que era caótico de mitad de cancha para atrás. Su juego ofensivo, siempre vigente (Palermo llegó a 10 y es goleador junto con Boselli), hizo el resto. De hecho, los xeneizes están a 2 goles de algo inédito para el fútbol argentino: ser el equipo más goleador y el más goleado en un mismo torneo. Suma 27 a favor (Estudiantes y Argentinos tienen 29) y 30 en contra (los mismos que Arsenal).
Todo bien con la pegada de Fabián Monzón, pero es insostenible que siga siendo defensor titular en Boca. En realidad es insostenible que siga siendo defensor. ¿Y si lo prueban de volante? No hace falta ser Griffa para darse cuenta de que no siente la marca, de que sufre cada vez que lo atacan por su quintita. Diga que Matías Giménez defendió por él y por Monzón, que si no otro hubiera sido el resultado final.
Todo bien con el talento de Pablo Mouche, pero es insostenible que siga peleándose con el mundo por más golazos que haga. Tiene 22 años, una edad que hace rato que dejó de ser temprana para un futbolista profesional. Es un delantero picante, con desborde, gambeta, velocidad y buen remate de media distancia. Sería una picardía que actitudes como la de anoche lo conviertan en un jugador de descarte. Depende pura y exclusivamente de él evitar ese camino.
¿Independiente? La mejor explicación la dio el propio Tito Pompei: "Sabíamos que con los resultados de Estudiantes y Argentinos, íbamos a tener que prepararnos para un partido de 90 minutos, porque Independiente iba a querer resolverlo en 30". Eso fue lo que pasó. La primera media hora Boca manejó más la pelota, pero el Rojo fue más punzante. Y llegó al gol (gran desborde de Mareque). Pero después, nada de nada. Se quedó sin nafta. Como en el campeonato.
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