Más jugadores pisando el área rival, mayor y mejor tenencia del balón y un mediocampo coordinado con defensa y ataque. Angel Cappa no hace milagros, pero cuatro días de trabajo en River le alcanzaron para darle su impronta a un equipo a la deriva. Todavía falta mucho para hablar de tiki tiki por Núñez, pero la fiebre del sábado por la noche que se vivió en el Monumental sirvió para devolverle al sufrido hincha de River lo último que había perdido: la esperanza.
Es cierto que pese a la mejoría millonaria, hasta los 23 minutos del segundo tiempo los tres puntos se iban para Mendoza (el gol de Higuaín fue tiki tiki en estado puro). Y que incluso Godoy Cruz estuvo a centímetros de sentenciar la historia, en los pies de Carranza. Pero la lectura del juego hacía prever que River lo empataría en cualquier momento, una sensación que no se había dado en los últimos comienzos adversos del equipo. Basta con recordar los trámites ante Boca, Argentinos, Lanús y Newell's. Y tras el empate del eterno Ortega, que terminó con ¡9 horas se sequía!, llegó la yapa: el grosero error de la defensa Tomba que Ferrari transformó en golazo por ojos bien abiertos, velocidad y precisión. Con la amnistía post Astrada, Paulo recuperó la titularidad y pinta para convertirse en uno de los pilares del River de Angel, un River más parecido a River.
En el Sur, Independiente reencontró su Norte. Salió de la banquina y retomó el camino que lo había llevado a la punta del Clausura. Punta que recuperó al menos hasta el lunes, cuando Argentinos visite a Arsenal.
El equipo de Gallego se le plantó con autoridad al campeón vigente -que al final salió a jugar con todos los titulares- y lo atacó desde el minuto cero. El premio no tardó en llegar: a los 21' Silvera cazó un rebote y merecida ventaja para el Rojo. Banfield, sin el juego que le dio tantos elogios y alegrías, alcanzó el empate a los 34', en los pies de Ramírez. Pero luego del festejo, no contaron con la astucia de Leandro Gracián, que metió uno de esos goles que se recordarán por muchos años: Silvera le movió la pelota en el saque de mitad de cancha, y el Tano le dio con la precisión y potencia justas para que la bola se colara por arriba de un somnoliento Lucchetti. Go-la-zo del 10 devenido en 23, que sirvió de coronación para un partido que no se le veía desde sus mejores épocas en Vélez.
En el segundo tiempo, el Taladro fue y fue, pero el Rojo sacó y sacó. Y ni bien pudo, lo definió. "Independiente se merece ser campeón", dijo Gallego en conferencia. Más allá del autoelogio, algo habitual en el Tolo, habrá que esperar a la fecha 18, cuando visite La Paternal, para saber si la frase de Américo tiene asidero. Por lo pronto, en La Plata no piensan lo mismo. Sobre todo después de la victoria en Victoria, sexto partido ganado sobre los últimos siete (el otro, empate con 10 ante Banfield, que mereció ser triunfo). Sabella sabe...la posta. Si se anima a ir con los titulares en las cuatro fechas que le quedan, el principal candidato al título es Estudiaaaan.
domingo, 18 de abril de 2010
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