martes, 19 de agosto de 2008

Pekín 2008: Alegrías y tristezas a los saltos

Tres historias olímpicas a los saltos. La primera le corresponde a Irving Saladino, el panameño que ganó la competencia de salto en largo, al llegar a los 8,34 metros, y se convirtió en el primer campeón olímpico de la historia de Panamá. Por eso su figura se ganó las portadas de todos los diarios del país centroamericano. Entre ellas, la de El Siglo: "Panamá se baña de oro", titula. "Irving, el grande", agrega en su bajada. "Panamá entera se paralizó ayer para ver como Irving Saladino le daba a su país la primera medalla de oro en la historia de los Juegos Olímpicos. Irving se consolidó como una gran figura del atletismo mundial", completa. La euforia es tal, que el presidente panameño, Martín Torrijos, anunció que la ciudad deportiva que el Gobierno está construyendo en la capital del país, llevará el nombre del flamante ganador del oro. Impresionante.


La segunda historia le pertenece a la rusa Yelena Isinbanyeva, que -garrocha en mano- parece empecinada en hacer realidad eso de que sólo el cielo es su límite. Con 5,05 metros, superó su propio récord mundial y se robó la gran ovación de la jornada de ayer en el imponente Nido de Pájaros. "¡Celestial!", titual el diario deportivo Sport Express, de Moscú. "Yelena Isinbanyeva es doble campeona olímpica, con un fantástico récord mundial (5.05) bajo el cielo de Pekín", agrega en su bajada.

La tercera y última historia es para el chino Liu Xiang, campeón olímpico de los 110 metros con vallas en Atenas 2004 y... gran decepción en Pekín 2008. Considerado el segundo deportista más popular del país más poblado del mundo -detrás del basquetbolista Yao Ming-, la expectativa depositada en el atleta de 24 años era enorme. Pero Xiang ni siquiera llegó a correr. Una tendinitis, traicionera lesión que lo tiene a maltraer desde hace seis años, se le agravó luego de unos ejercicios precompetitivos. Y chau Juegos. "Liu renguea por un sendero de lágrimas", titula China Daily. Traigan pañuelos que chinos llorando sobran.

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