No siempre gana el mejor. Pero esta vez España lo fue.
No siempre el gol de la final lo hace el emblema del equipo campeón. Pero esta vez los flashes se los llevó Iniesta, la bandera de una selección que revitalizó el fútbol de pelota al piso.
No suele haber un arbitraje tan malo en el juego decisivo. El inglés Howard Webb se suma a las excepciones.
Es raro que un equipo cambie su esencia de juego para el último partido, si en los 14 anteriores (Eliminatorias más Mundial) ganó. Holanda lo hizo.
Una vez cada tanto se ve una acción de karate en una Copa del Mundo. La de De Jong a Xabi Alonso será recordada por los siglos de los siglos. Sobre todo porque para el pito británico mereció amarilla.
El fútbol es el deporte con menos lógica que haya creado el hombre. Ayer por suerte se reconcilió con la justicia.
PD: Sólo una bestia como Nalbandian podía colarse en la portada de una final del Mundial. Rusia llevaba un invicto de 15 años como local en Copa Davis. Hasta que se topó con David. El también fue campeón ayer. ¡En ésta te quería ver, Pulpo!
No siempre el gol de la final lo hace el emblema del equipo campeón. Pero esta vez los flashes se los llevó Iniesta, la bandera de una selección que revitalizó el fútbol de pelota al piso.
No suele haber un arbitraje tan malo en el juego decisivo. El inglés Howard Webb se suma a las excepciones.
Es raro que un equipo cambie su esencia de juego para el último partido, si en los 14 anteriores (Eliminatorias más Mundial) ganó. Holanda lo hizo.
Una vez cada tanto se ve una acción de karate en una Copa del Mundo. La de De Jong a Xabi Alonso será recordada por los siglos de los siglos. Sobre todo porque para el pito británico mereció amarilla.
El fútbol es el deporte con menos lógica que haya creado el hombre. Ayer por suerte se reconcilió con la justicia.
PD: Sólo una bestia como Nalbandian podía colarse en la portada de una final del Mundial. Rusia llevaba un invicto de 15 años como local en Copa Davis. Hasta que se topó con David. El también fue campeón ayer. ¡En ésta te quería ver, Pulpo!
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