miércoles, 3 de marzo de 2010

La tapa del histórico Vélez 4 - Boca 4

¡Qué dilema para los editores de diarios si Medel no empujaba a la red el evitable rebote de Montoya! Porque con el 4-4 en el tablero del Amalfitani, es fácil poner en la tapa el grito de gol gigante del Gigante, y jugar con títulos que den sensación de día histórico para el fútbol argentino. Pero si Vélez cerraba la persiana con el 4-3, ni los 218 goles de Martín Palermo podían sacarle la portada al Pelado Silva y la épica remontada de su equipo.

Que quede claro: Boca hizo lo imposible para que el Titán (penal errado aparte) no tenga su tapa el día que se convirtió en el máximo goleador de los 105 años de historia de Boca. Sobre todo en el segundo tiempo. Y Vélez hizo todo -pero todo- para dar vuelta un partido que mereció ganar por más de un gol. Sin dudas, el mejor plantel de la Argentina hoy lo tiene el Flaco Gareca. Y lo sabe exprimir. Una sola duda: ¿Martínez merece ser suplente? Hoy parece estar un paso adelante del uruguayo López.

Anoche se dio una situación muy curiosa. Porque cuando Gaitán marcó el 3-1 después de un genial contraataque, la sensación en Liniers era que Vélez lo podía ganar igual. ¡Y perdía por dos goles con media hora por jugar! Mirá si habrá hecho mal las cosas Boca en defensa y, sobre todo, en el mediocampo.

Monzón le pegará lindo de media distancia y meterá buenos centros, pero defendiendo -su principal responsabilidad- es una invitación al desborde. Da demasiadas ventajas para ser lateral. Pero para Maradona es jugador de Selección local. Claro, contra Jamaica B o Ghana C no queda tan expuesto.

Prediger, que como 8 pareció ir a menos en el 2-4 con Newell's (como para dejar bien en claro que no quería jugar en ese sector), como 5 le puso un poquito más ganas... Un poquito, nomás. No vaya a creer que dejó la vida. Y se quedó sin nafta a los 20' del ST. Se dieron cuenta todos, incluso el propio Prediger, que miraba todo el tiempo al banco. Pero Abel Alves, bien gracias. Y después del partido, ante la pregunta obvia de la prensa (¿por qué no Méndez por Prediger?) el DT respondió: "¡Ah, claro! Qué fácil que es hablar con el resultado puesto". Ok, Chueco. Para la próxima habilitá tu celular durante el partido, así la prensa te manda un SMS con las preguntas, y no hay diario del lunes que valga... de excusa.

¿Y Riquelme? Qué caso el de Riquelme. Por momentos parece estar jugando con su hijo en la plaza. Y cuando resopla y se fastidia con sus compañeros, da la sensación de que dijera "¿qué hice yo para estar en este equipo?". Nada que se acerque a los códigos que le enrostró a Maradona. Pero en un abrir y cerrar de ojos, se convierte en el Riquelme que volvió y encaminó a Boca a su sexta Copa Libertadores, y aclara el panorama con un simple toque, que no es lo mismo que un toque simple. Lo hizo en el segundo y el tercer gol de Boca. ¿Alcanza? Para la estadística, sí. Para que la hinchada siga coreando su apellido, también. Para lo mucho que depende Boca de su juego, no tanto.

2 comentarios:

Pablo Rodríguez Denis dijo...

Excelente análisis, Lucas. Como hincha de Vélez debo decir que me fui con bronca porque, con un poquito más de suerte, era para ganarlo tranquilo. Aunque también el empate sirve como tirón de orejas para la defensa, sin dudas el punto más bajo de Vélez ayer.
Con respecto a Palermo, una BESTIA, sin dudas, una leyenda en vida que tenemos que aprovechar.
Más allá de todo esto, como periodista y fanático del fútbol, agradezco haber presenciado un partido así, una fiesta en todo sentido.
Saludos!! Pablo

Lucas Beltramo dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Pablo. El error de Vélez fue no haberle bajado la intensidad al partido después del 4-3. Y en ese ida y vuelta innecesario, lo aprovechó Boca. Abrazo!