Podrá faltar Manu. Podrán sacarnos al Chapu. Pero la que nunca va a faltar a cada cita de la Generación Dorada del básquet es la mística. Entonces habrá un Delfino dispuesto a meter 27 puntos y tomar 8 rebotes. Un Scola capaz de colaborar con 20 porotos y ser casi infalible desde la línea de libres (12 de 14). Un Oberto con el overol siempre puesto (11 puntos y 6 rebotes). Un Prigioni clave para darle volumen de juego al equipo cuando más lo necesitaba (5 asistencias y 2 robos). Y una yapa. Porque esta Selección siempre tiene una yapa. En este caso, aportada por Luis Cequeira. Pese a ser uno de los más bajitos del Mundial (1,80 metros, misma altura que el iraní Mahdi Kamrani), se las rebuscó para ensuciar cada posesión alemana, para robar una pelota clave y para contagiar a sus compañeros. La mística está viva. Y no hay NBA que la pueda comprar.
domingo, 29 de agosto de 2010
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